Opinión
SOMOS NUESTRA MEMORIA ADOPCIÓN Y PSICOLOGÍA DEL ABANDONO
Por Boris González Ceja
Los bebés que fueron abandonados o que fueron sacados de su núcleo familiar debido a situaciones de violencia, muchas veces guardan en su inconsciente las huellas de las impertinencias de sus padres biológicos. Es para los nuevos padres adoptantes un reto el brindar condiciones de confianza, atención con buen trato y seguridad, a los niños que requieren mejores condiciones de vida, y que psicológicamente tienen sus retos.
Un niño, niña o adolescente (NNA) que se encuentra en proceso de adopción, vive la incertidumbre de su nuevo hogar de acogida con procesos de agresividad, con miedo y con esperanza de lo que vendrá.
Muchos NNA salen adelante como ciudadanos adultos que superan las inclemencias que generaron adultos impertinentes, avanzan a pesar de las condiciones de violencia en las que fueron educados, tanto por su familia biológica como por las instituciones que le atienden en su comunidad, llámese DIF, SIPINA o cualquier otra, muchos cuestionan su infancia llena de maltrato para cerrar ciclos, y no ser como fueron sus padres; algunos otros, no contaron con las herramientas ni personas necesarias para encaminar su vida, por lo que se vuelven delincuentes directamente.
A los NNA que he tenido la oportunidad de entrevistar en procesos de adopción siempre les he encontrado lúcidos, deseosos de mejorar sus condiciones de vida e incrédulos de lo que las autoridades de justicia y protección pueden hacer por ellos, que no sean malos tratos, tratos crueles o degradantes.
Recuerdo muy bien cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador, al inicio de su mandato, tenía la intención de desaparecer al DIF por simulación (en lo que estamos de acuerdo), al ser una histórica oficina de expedición de despensas, para posicionar la imagen de las esposas de los gobernadores.
De la herencia revolucionaria del Instituto Mexicano para la Infancia y la Familia (IMPI) y el Instituto Mexicano de Asistencia a la Niñez (IMAN) nació el DIF en el año 1977. En la experiencia que hemos tenido con las distintas autoridades de esa institución, es que su capacidad resolutiva depende de la titular que la encabece, algunas con capacidad y experiencia, con quienes desarrollamos programas de intervención en salud mental interesantes y modernos; algunas otras sólo adornan sus oficinas para ocupar un lugar como agencia de dadivas del gobierno, donde la administración de la pobreza sigue pululando.
En los casos de adopción donde hemos intervenido con peritajes de psicología con nuestros expertos para preservar el interés superior de la niñez, hemos observado que el DIF actúa muchas veces en contra de los derechos de los NNA, obstaculizando trámites, limitando la información para adoptantes y criminalizando las actuaciones que realizamos como psicólogos, desconociéndonos como víctimas potenciales.
Fruto de intentos por mejorar el arcaico sistema de adopción en México, el programa de familias temporales para NNA del DIF es parco: por ejemplo, el curso para las familias solicitantes se queda corto con temas donde parece que están capacitando a sus empleados y no a padres y madres que tienen miedos, incertidumbres y deseos de lograr cambios positivos en las vidas de las infancias, con necesidad de conocer habilidades socioemocionales, no existe presencia de organizaciones de la sociedad civil que tienen experiencia en el tema ni la participación de padres adoptantes como testigos y colaboradores para lograr la crianza positiva y buen trato que urge en el país.
Nada de Crianza Positiva y Buen Trato en el nuevo sistema de adopción nacional ni en los Estados. La crianza positiva es fundamental y lo entendemos como el conjunto de prácticas de cuidado, protección, formación y guía que ayudan al desarrollo, bienestar y crecimiento saludable y armonioso de las niñas, niños y adolescentes por parte de los padres y autoridades (UNICEF).
La psicología de la adopción requiere que entendamos que la acogida de NNA es un acto complejo que incluye lo político, lo jurídico y lo psicológico con la participación de la sociedad civil, a pesar de que las titulares del DIF escondan esa realidad. Crear una familia es algo que requiere tiempo y dedicación, no se puede dar por decreto o por declaración, menos con ocurrencias ni con buenos deseos.
Causas y azares…
- Como les había anunciado, la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones nace en la opacidad, sin la participación de la sociedad ni los familiares de pacientes, como otra oficina de gobierno entre cuates.
- La Secretaria de Educación está siendo omisa en su obligación de garantizar la Educación Socioemocional, poniendo en la calle ciudadanos que no saben ni siquiera comunicar su sentir.
- Muchas personas no van al psicólogo porque no quieren que los etiqueten con algún término peyorativo, y algo de esa responsabilidad en diagnósticos científicos recae justamente en los psicólogos.
Hasta la próxima, que el futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos a hacer.
Twitter: https://twitter.com/borisgece
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