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Opinión

“De adiestradores y soldados: ¿Un país entrenado o un país dependiente?”

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  • Por Amaury Sánchez

Hace unos días, el Senado de la República aprobó, con 102 votos a favor, la entrada de una tropa estadounidense a México para realizar pruebas de adiestramiento en el Ejército Mexicano. Lo que parecía ser un acto rutinario de cooperación internacional en temas de seguridad, ha dejado a más de uno rascándose la cabeza, preguntándose: “¿Estamos entrenando a nuestro ejército o entrenando nuestra sumisión?”

El pretexto oficial es el siguiente: “fortalecimiento y capacitación” de las Fuerzas de Operaciones Especiales de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Los gringos van a darles clases de combate, de tácticas de intervención, de cómo desactivar situaciones críticas sin que les tiemble el pulso. Vamos, lo que se dice un “adiestramiento de primer nivel”, con un toque estadounidense. La idea, según ellos, es mejorar las capacidades de nuestras fuerzas armadas en la lucha contra el crimen organizado, el narcotráfico y todo ese complicado caldo de cultivo que nos tiene al borde del colapso.

Hasta aquí, todo bien. El intercambio de conocimientos entre países es tan viejo como la diplomacia misma. Pero hay algo en el aire que no termina de oler bien. Y es que, al aceptar que 11 soldados estadounidenses vengan a México para “entrenarnos”, nos estamos dando cuenta de que el concepto de soberanía, esa palabra que siempre hemos defendido a capa y espada, parece haber pasado de moda. El ejército de Estados Unidos, más que un compañero de entrenamiento, parece convertirse en nuestro nuevo instructor jefe.

Claro, las autoridades aseguran que esto no es una invasión, ni una intromisión. Pero seamos sinceros: si una potencia extranjera manda a sus tropas a entrenar a nuestras fuerzas armadas, ¿cómo no vamos a empezar a preguntarnos hasta qué punto seguimos siendo dueños de nuestra independencia? Y ojo, que no estamos hablando de un par de asesores o de una ayuda puntual. No, no. Hablan de entrenamientos en Temamatla y Santa Gertrudis, con los gringos en primera fila dando instrucciones a nuestros soldados, mientras nosotros aplaudimos como si fuéramos espectadores en un partido de fútbol.

Es cierto que las Fuerzas Armadas mexicanas tienen una larga tradición y son de las más grandes y mejor entrenadas de América Latina, pero la realidad es que, por mucho que los marines no lo digan en voz alta, nuestra infraestructura y recursos no son los mismos que los de ellos. Y si encima no se invierte lo suficiente en capacitación interna, la dependencia de otros países no solo se vuelve una opción, sino una necesidad.

Ahora bien, ¿quién no ha escuchado alguna vez ese refrán que dice “quien paga manda”? Y es que Estados Unidos, por más “hermano mayor” que sea, también tiene sus propios intereses. ¿De verdad creemos que solo buscan ayudarnos por pura generosidad? Por supuesto que no. Su presencia en México está relacionada con su propia seguridad, y de paso, con mantener su influencia sobre el continente. Ya sabemos lo que ha pasado con la historia de intervenciones militares por “razones humanitarias” o “de seguridad nacional”. No nos hagamos.

Lo más irónico de todo es que este tipo de “colaboraciones” nos llevan a pensar en algo que, si lo vemos desde lejos, es casi cómico: ¿acaso México ha dejado de ser el país que presumía su autonomía para convertirse en el campo de entrenamiento de un ejército extranjero? Mientras le cantamos “La Culebra” a nuestro propio Ejército, le damos el visto bueno a una dependencia militar que podría expandirse más de lo que imaginamos.

El problema no es que aprendamos cosas nuevas o compartamos experiencias con los vecinos del norte. El problema es que, al final del día, parece que estamos cediendo el control de nuestra seguridad a quienes no tienen la menor intención de vernos crecer sin su guía. ¿Qué tan independiente es un país que necesita que otros le enseñen a defenderse?

La pregunta del millón sigue siendo: ¿esto es solo un favor temporal o el principio de una sumisión que irá creciendo con el tiempo? No lo sabemos, pero lo que sí está claro es que la soberanía no se defiende solo con discursos bonitos, sino con acciones firmes que pongan a prueba lo que realmente significa ser independiente en el siglo XXI.

Así que, con todo respeto, Senado: ¿qué tal si en vez de depender de los gringos para entrenarnos, invertimos un poquito más en nuestras propias fuerzas armadas? Eso sí que sería un verdadero fortalecimiento, y no este “fortalecimiento” con sabor a dependencia.

Opinión

Somos Nuestra Memoria RECURSOS PARA LA ANSIEDAD Y DEPRESIÓN

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Por Boris González Ceja

El dolor derivado de padecimientos como la ansiedad y depresión tiene solución; no obstante, algunas personas buscan “respuestas” equivocadas o que ofrecen el olvido de estos sentimientos por unos instantes, ya sea a través del alcohol, de las compras excesivas, del robo, etc.

Tanto la depresión como la ansiedad pueden ser exacerbadas por situaciones estresantes y falta de autocuidado, pero en todos los casos, con atención profesional, pueden llegar a un buen puerto, ya que debemos entender que estos padecimientos son representantes de otros problemas.

Como profesionales de la salud mental, te compartimosalgunos consejos para aliviar la angustia que generan la ansiedad y la depresión:

Busca ayuda psicológica: aunque parezca una obviedad, muchas personas piensan que con el tarot o los horóscopos van a encontrar luz en la obscuridad, y es un poco más complicado que eso. De hecho, para algunos puede significar grandes pérdidas sentimentales, económicas y energéticas, el no contar con atención profesional. En el consultorio virtual puedes encontrar ayuda https://psicologiaydesarrollocomunitario.com/consultorio/  

Ama: Conectarse con tus seres queridos a través del diálogo diario, ya sea presencial o virtual en caso de que se encuentren lejos; es fundamental estar cerca de esa red de apoyo que representa la familia, búscalos, procúralos, perdona sus faltas. Siempre es bueno saber que somos imperfectos, que hay que procurar el lado positivo, porque lo negativo llega solo.  

Pasea: Sal a pasear con tu perro, o solo en la naturaleza y toma un poco de vitamina D natural. Convivir con las personas, ser generoso, hacer donaciones y buscar a las personas, sobre todo después del COVID 19 que nos dejó tan ensimismados, es una necesidad apremiante.

Haz actividad física: Mantente en forma. Sal a correr o saca tus pesas. El deporte permite a las personas conocer su cuerpo, retar la concentración y liberar sustancias que nos hacen apreciar mejor el mundo. A algunos no les alcanza con ir al gym: si todavía te sientes mal, haz una cita con un psicólogo. No estás solo, hay muchos psicólogos que están haciendo asesoramiento virtual.

Date chance: Deja de ser tan duro contigo. Si no te cuidas a ti mismo, entonces ¿cómo puedes cuidar a los demás?Aprender a soltar, a dejar, a expresarte.

Conoce tu debilidad: Ser resistente es importante ante una crisis. La resiliencia es la habilidad de una persona para enfrentar una urgencia, y cuando actuamos desde nuestras fortalezas podemos hacer más con menos. La resiliencia significa considerar los problemas como circunstancias aceptables o problemas que pueden ser cambiados.

Acepta tus pensamientos: todos tenemos pensamientos buenos y malos, pero saber que su pensamiento es solo eso, al igual que un sentimiento, hace que las cosas sean mejor en sociedad. Evita luchar contra ellos y simplemente acéptalo y déjalo pasar. Lidiar con pensamientos difíciles es muyhumano.

Medita: La meditación es el uso de la atención para calmarse.

Respira: Aunque el yoga no sea lo tuyo, el tipo de respiración que se realiza durante el yoga tiene beneficios increíbles. Respirar os hará libres.

Ríete: Esto lo puedes hacer leyendo esta columna o viendo una comedia. Reírse es un arte, una práctica y un hábito. ¡Que la amargura no te domine, sonríe!  

Está presente: Un buen truco para hacer pasar un ataque de pánico es forzarme a decir una cosa que pueda ver, una cosa que pueda oír, una cosa que pueda tocar, y una cosa que pueda oler (por ejemplo, las hojas verdes revoloteando en la rama, el sonido de los coches en mi calle, la cabeza de mi hijo y mi taza de té).

Concéntrate: aprende a comprometerte con los valoresvinculantes (puntualidad, respeto, reciprocidad) y en lo que es importante para ti.

Practica la gratitud: busca las cosas buenas de la vida. Agradece a tu cuerpo. Ya que como es sabido, la gratitud atrae abundancia, y la queja atrae pobreza.

Trátate con compasión: Date el respeto que te mereces y sé más consciente de ti mismo, perdónate y aprende a perdonar a los demás.

El cuidado de sí es un requisito indispensable para poder cuidar a nuestros hijos, a nuestro equipo de trabajo y compañeros de oficina. ¿Cómo podemos ser mejores personas sino nos cuidamos a nosotros mismos?

Causas y azares…

La falta de presupuesto público del Gobierno Federal y de los Estados a la Secretaría de Salud, con el personal eventual precarizado y hecho de lado, es una clara afrenta a la vida de las personas vulnerables, una estafa por la que no votamos nadie.
Darle más dinero a las Universidades públicas con la corrupción que tienen, es como darle dinero a un borracho para que se rehabilite. Sin un sistema realista de control, con falta de transparencia, son un barril sin fondo, un dolor para los que aportamos nuestros impuestos.

Hasta la próxima, que lo que angustia no es ni esto ni aquello, es el mundo mismo.

Conoce más en: https://linktr.ee/psicologiaparati

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Opinión

El oscuro laberinto de la justicia: herencias, corrupción y resistencia familiar

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Por: Amaury Sánchez

En México, la muerte no sólo es el final de una vida, sino, con frecuencia, el inicio de batallas encarnizadas que parecen salidas de una tragicomedia de enredos legales y políticos. Así ha sucedido con la sucesión testamentaria de Don Luis, un hombre cuya herencia no solo dejó bienes materiales, sino un campo de batalla que ha sacado lo peor de ciertos personajes.

Se habla mucho del supuesto Estado de derecho, pero, en este caso, parece que el “derecho” se quedó dormido y los “estados” de corrupción tomaron las riendas. Apenas falleció Don Luis e inmediatamente los hermanos Masayi González Uyeda y Abraham González Uyeda quw sus nombres son de dominio público, mencionaremos para que quede claro quienes son, pies estos angelitos Lecheros – movieron cielo, tierra y contactos en los pasillos del poder judicial para imponer a un albacea digno de novela de terror: Alejandro Escoto Ratscovich.

El susodicho, con el respaldo del Juez Octavo de lo Familiar el Lic. Melchor Augusto Gomez Cordova se metió a la sucesión como un Mangante que entra por la ventana, ignorando el testamento donde Don Luis había designado a su hijo Luis Rabinal como albacea legítimo. Este “albacea exprés” llegó no solo a usurpar funciones, sino a destituir al equipo legal que llevaba cinco años defendiendo los intereses de la familia. El propósito era claro: dejar a la familia de Don Luis a la deriva y facilitarle el trabajo sucio a Masayi Gonzalez Uyeda y a su hermanó Abraham.

Y, como en cualquier obra de teatro bien orquestada, el juez actuó como un lacayo obediente. Entre allanamientos legales y un comportamiento sospechosamente negligente, todo parecía diseñado para entregar el patrimonio familiar a estos “pillos con corbata” que, no satisfechos con su poder político y económico, se comportaron como saqueadores en tierra de nadie.
Sin embargo, subestimaron a la familia de Don Luis. Armados con el apoyo de varios despachos legales –y, sospechamos, una buena dosis de indignación y amor propio–, lograron revertir gran parte de estas maniobras fraudulentas. Un tribunal de mayor rango puso las cosas en su lugar al confirmar que la sucesión debía proceder según los deseos expresos en el testamento.
Aunque el albacea usurpador sigue intentando mover piezas para debilitar a la familia, el reloj legal parece estar corriendo en su contra. De este oscuro episodio podemos extraer, al menos, una lección: la justicia mexicana, aunque lenta y vulnerable a la corrupción, aún tiene espacios donde la verdad puede salir a flote. Eso sí, no sin antes librar una guerra de desgaste emocional, económico y moral.
En el fondo, lo que queda claro es que la verdadera riqueza de Don Luis no eran sus bienes, sino una familia que no se rinde ante la adversidad, ni siquiera cuando el enemigo viste toga y birrete. Porque si algo nos enseña esta historia, es que las cochinadas legales no son eternas; tarde o temprano, hasta los fraudes más elaborados terminan colapsando bajo su propio peso.
Así que, Masayi González Uyeda y su brody y compañía: disfruten mientras puedan, porque en esta tragicomedia, los villanos siempre terminan por caer del escenario.

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Opinión

EL MUNDO OCCIDENTAL HOY DIA

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Por JUAN CARLOS HERNANDEZ A.

Ante la adversidad global y de las tendencias que nos presentan unas malas y otras igual o quizás peores, vaya usted a saber, pues los tiempos no vendrán buenos, las realidades de la globalización nos acercan a un abismo de incertidumbre en varios sectores desagraciadamente, no se avisaran buenos tiempos ni en lo social, económico, político, menos en la paz pública a escala mundial, solo revise las ultimas noticias, u cualquiera que usted se imagina, cada vez se amplían los tentáculos de las grandes economías y potencias del planeta tierra, que busca el control, así nomás.

Existe un libro: El problema de Occidente y los cristianos, cuyo autor es Federico Wilhelmsen; justo del cual quiero compartir algunas reflexiones ypárrafos ante la imposibilidad de leerse o conocerle por todos, aquí les algunos extractos de interés:

Las facciones, dentro de la civilización medieval, eran las mismas que existen dentro de cualquier familia cuyos miembros pelean entre sí sin romper el techo de la casa. Los miembros de cualquier familia pueden luchar entre sí; pueden hacer la vida horrible para ellos mismos; pueden odiarse el uno al otro; pero lo hacen, generalmente, sin destruir los cimientos de la familia. No abren la puerta de la casa a los enemigos de fuera. La unidad cristiana de aquellos tiempos permitía que los pueblos y los reyes luchasen entre sí. La vida no era ni ideal ni perfecta y no cabe duda de que la vida era mucho más dura que la de hoy.

Es así como se describe la historia de la sociedad y se puntualiza: La sociedad estaba formada por una serie de instituciones cuyo gobierno interno pertenecía a un núcleo de organismos infrasoberanos: la familia; el gremio; el municipio; el condado; el ducado; el señorío; el reino; y, por último, el Sacro Imperio Romano. Estos los intelectualizó la universidad y los espiritualizó la Iglesia, cuya cabeza, el Papa, era no solamente la Voz de Cristo en la tierra, la prolongación de la vida del Apóstol Pedro a través de los siglos, sino también el que arbitraba las querellas y disputas que surgían entre reino y reino, entre rey y súbditos.

Ante ello la pregunta será ¿Qué no se ve hoy, qué dimensiones tenemos hoy de la sociedad en su conjunto, ha sido alterada la manera de gobierno?Acaso hay aun más acendrado antropocentrismo (el hombre como el centro de todo) y olvidado ya el teocentrismo (Dios como el centro de todo) quizá , hoy tenemos un mundo que vive en comunidad totalmente hedonista y va en una perspectiva del “hombre moderno” sin valores, recato ni pudor, de nada y en nada, basado en su propia información interactuando con su manera de “pensar” con un alter ego, inacabado, pues también hace todo lo posible por poseer más y mejor material posible, para lograr sus objetivos que no son otros que el placer por el placer pues se engolosina en estar nada mas para llenar el hueco espiritual en que está hundido, sin contenidos interesantes en su vida, sin esfuerzo ni sacrificio y es justo ahí donde la opinión púbica disimula lo que no funciona, pero si lo aceptan, y es donde todos opinanigual aunque haya error en ello. ¿La civilización ya no es mas que aplicar la ley del más poderoso? Usted analícelo. Solo vea su entorno. Siempre una nueva forma de pensar traerá novedades y quitarátradiciones, restará la moralidad y adecuará a una sociedad cada vez más perdida de su propia esencia.

México nos necesita de pie y en su oportunidad con una excelente actitud, para marcar en la acción la pertinente decisión que dará rumbo cierto al barco en el que andamos y con ello, llegar a buen puerto. No hay más que hacer lo que nos toca. Debemos ser cada vez más analíticos y serios en seleccionar la mejor información para mejor decidir y por ende mejor vivir.¿Si, o qué piensa usted?Hágale pues!

*El autor es Maestro en Gestión Social y Políticas Públicas.

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