Salvador Y Maldonado Díaz
El padre Joel Jiménez Prado, en coordinación con su cuñado Felipe, le entraron a la plantación de pitajayas en la parcela familiar en el poblado de El Cabezón, municipio de Ameca.
Con grata satisfacción, comenta el presbítero que esta cactácea traída de Puebla se ha adaptado satisfactoriamente al clima jalisciense, de manera tal que al año de plantada ya dio fruto, cosa que no creían los poblanos.
Detalla que a lo largo del periodo de mayo a octubre, cada planta puede producir entre 50 y 60 plantas, luego de tres años de su plantación.
Ahora esta fruta ya se distribuye en varias localidades, como es caso del poblado de San Pedro Itzicán, donde actualmente se encuentra el sacerdote.
Y es que en años recientes se incrementaron las plantaciones de pitajaya en el campo jalisciense. Un ejemplo se tiene en la Región Valles, donde se tienen parcelas en los municipios de Ameca, El Arenal y Hostotipaquillo.
El agrónomo Rodrigo Esparza del municipio de El Arenal, refirió que esta planta es una cactácea tropical por lo que su cultivo es más exigente que otros productos regionales, como el nopal o la pitaya, dado que supone riego oportuno en su fase de crecimiento.
También hizo mención de que una producción con técnicas agroecológicas trae la alternativa de un fruto apto para nichos de mercado que valoran esta forma de producción, tanto en el mercado externo como en la exportación.
Explicó que en el manejo agroecológico se deben tener precauciones para disminuir el uso de agroquímicos sintéticos y darle prioridad a los insumos biológicos, como los hongos benéficos y la tierra de diatomeas (algas fosilizadas) para el combate de ciertas plagas de insectos.
Resaltó que por tratarse de unaplanta tropical requiere de aplicación de riego, tanto en su etapa de crecimiento como en la floración. A diferencia de plantas endémicas de Jalisco, como el agave requiere de mayor cantidad de materia orgánica en su terreno.
Detalló que en su primer año de producción, ya se ha obtenido un rendimiento entre los cinco y siete toneladas por hectárea, siempre y cuando se apliquen las prácticas adecuadas en su su cultivo.
En su experiencia, expresó que se ha enfrentado el reto de hacer una fuerte inversión inicial. Pero, puntualizó que se tiene el beneficio de que un cultivo bien atendido trae consigo que una plantación puede durar hasta 25 años para su aprovechamiento comercial, aunque la planta pueda vivir hasta un siglo.
Resumió que la elección de la variedad, la presencia de materia orgánica en su suelo y el riego oportuno, son puntos clave para un cultivo exitoso.
En lo que tiene conocimiento, el entrevistado comentó que el hecho de que en Asia se conozca a esta cactácea como la “fruta del dragón”, revela que ha sido objeto de la llamada biopiratería, “ya que los chinos se llevaron material vegetativo de Latinoamérica y la han explotado agronómicamente, por eso se piensa indebidamente que es de origen asiático.
Por cierto, la grafía mayoritaria, es pitahaya según algunos lingüistas. Pero también existe y es válida, la variante pitajaya, reflejo en la escritura de la pronunciación aspirada de la h que se da en ciertasformas lingüísticas del español, según lo señalan teóricos del lenguaje vinculados a la Real Academia Española.
EL DATO
El productor entrevistado destacó que de acuerdo a cada región y clima se ha de seleccionar la variedad de planta. Citó que en su comarca sehan introducido al menos cuatro variedades: Hylocereus undatus (de pulpa blanca). Hylocereus ocamponis(de pulpa roja). American beauty(pulpa fucsia). Purple haze (pulpa morada).
En Jalisco también plantíos en las Regiones Centro y Ciénega